Ir al contenido principal

Los hábitos de lectura

 Leer es fundamental para el desarrollo personal. La lectura puede brindar nuevas ideas, perspectivas y conocimientos, lo que ayuda a ampliar la comprensión del mundo. Eso requiere ir más allá de los asuntos y enfoques que uno ya conoce y con los cuales se siente a gusto. Irene Vallejo lo dice sabiamente en El infinito en un junco: “Sentir cierta incomodidad es parte de la experiencia de leer un libro; hay mucha más pedagogía en la inquietud que en el alivio. Podemos hacer pasar por el quirófano a toda la literatura del pasado para someterla a una cirugía estética, pero entonces dejará de explicarnos el mundo”.

Especialmente los libros de ficción fomentan la empatía, pues contribuyen a entender las experiencias de otras personas. En las poéticas palabras de Marcel Proust en su gran novela En busca del tiempo perdido: “El único viaje verdadero... sería no visitar tierras extrañas sino poseer otros ojos, ver el universo a través de los ojos de otro, de cien otros, ver los cien universos que cada uno ve, que cada uno de ellos es”. La lectura también mejora la capacidad de concentración, la inteligencia emocional y el vocabulario.

Acaba de aparecer una encuesta de la Cámara de Comercio del Libro e Invamer con resultados alentadores sobre los hábitos de lectura de los colombianos. Cuatro de cada diez personas dicen leer libros todos o casi todos los días y el promedio de libros leídos por año entre los adultos que leen algo es 6,9. Estos son cifras mucho mejores que las de antes de la pandemia y que las producidas por otras fuentes, como el DANE.

Sin embargo, el promedio de lectura de los colombianos sigue siendo bastante bajo para los estándares internacionales. Con respecto a toda la población adulta (incluidos los no lectores), en Francia y Canadá el promedio de libros al año es 17, en Estados Unidos es 12, en España 10 y en Chile 5,3. Colombia queda debajo de todos estos países, con apenas 3,7 libros al año.

Un resultado muy inquietante de esta reciente encuesta es que solo 17 % de los universitarios leen libros de texto. Eso sería de esperar entre estudiantes de doctorado, que deben estar explorando las fronteras del conocimiento en áreas muy específicas. Pero entre estudiantes de pregrado es muy preocupante, porque aún no cuentan con marcos mentales suficientemente estructurados ni los conocimientos básicos en sus áreas de estudio. La lectura de artículos dispersos, con enfoques y niveles dispares no ayuda a resolver estas deficiencias. Como no usan libros de texto a los que puedan acudir para poner en orden sus ideas y poner a prueba sus capacidades analíticas, los universitarios colombianos tienen que apegarse a lo que le oigan decir a un profesor para tratar de orientar su proceso de aprendizaje.

En las disciplinas sociales es evidente la falta de libros de texto adecuados para los estudiantes de pregrado y para el contexto colombiano. Como no tienen mercado, son pocos los libros de texto que se publican. Como no hay buenos libros de texto, los profesores no tienen otra opción que acudir a artículos y documentos de todo tipo. Este círculo vicioso solo puede romperse usando algunos recursos públicos para subsidiar la producción de libros de texto. Nuestras academias de ciencias, que son financiadas por el Ministerio de Educación, son las llamadas a hacer esto. A la larga, eso redundaría no en más, sino en mejores profesionales, que es lo que realmente hace falta en muchas disciplinas. 

Por Eduardo Lora, 17 de marzo de 2024, El Espectador 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Petro ¿el incomprendido?

  Por: Esteban Restrepo Lo que está viviendo Colombia es el atrincheramiento de los poderes económicos tradicionales que viven a costa de las utilidades del sistema de salud, del petróleo, del sistema financiero y de aseguramiento, y de la ejecución de obras de infraestructura, es decir, de los negocios de largo plazo y grandes cuantías que el Estado les ha entregado en múltiples gobiernos. @petrogustavo durante toda su vida ha denunciado la corrupción de esos negocios y planteó reformar los sistemas preestablecidos con el fin de dar acceso a derechos a los ciudadanos, y que el dinero estatal rindiera para que más colombianos vivieran en mejores condiciones. En la actualidad no todo el mundo tiene acceso al derecho a la salud, el año pasado se presentaron más de 110 mil tutelas para garantizar ese derecho; hay dos millones de jóvenes que no han podido acceder a la educación superior; el 66 % de las personas en edad de pensión no se pensionan y el centralismo en las grandes urbes

Francia Márquez explica su alejamiento de la opinión pública: “me quieren mostrar incapaz e inútil”

  La vicepresidenta  Francia Márquez  tocó en una entrevista con Cambio   varios de los temas más álgidos de la actualidad nacional y, entre ellos, uno de los más inquietos sobre su ausencia en la escena pública nacional. De igual modo,   reconoció que existen trabas para adelantar los programas de gobierno dirigidos por el presidente Gustavo Petro , lo que le genera frustración y por lo que puede decir, con toda seguridad, que   “esto no es vivir sabroso”. A su vez,  se refirió al andamiaje del Ministerio de la Igualdad , una de las lanzas más fuertes que sus críticos han hecho sobre su gestión y la reciente derrota del Gobierno y el Pacto Histórico en las elecciones regionales. Sobre su alejamiento de la opinión pública y los medios de comunicación, Márquez dijo que “ muy pronto me di cuenta de que algunos periodistas lo que querían era sembrar una narrativa negativa mía, de lo que yo no soy . En varios medios de comunicación vi la intención de socavar el liderazgo que he construido,

Jaque mate a la razón

  Aún no salgo de mi asombro por el resultado de las presidenciales en Argentina. Que uno de los países aparentemente más educados y cultos de América Latina, con una nómina vertiginosa de creadores y humanistas excepcionales, haya elegido mayoritariamente a este asombroso personaje como presidente me deja sin palabras. Un político que recuerda al tristemente célebre Abdalá Bucaram, de Ecuador, a quien de todos modos Milei supera en vulgaridad y grosería, tanto, que deja en segundo plano el hecho también gravísimo de que sea de la más ramplona extrema derecha. No sé ni cómo definirlo, ¿un bufón?, ¿un grave enfermo psiquiátrico? En las entrevistas he visto cómo pasa en dos segundos de la carcajada a la ira, de la sonrisa al insulto o a la sorpresa por sus propias palabras, gritando en la televisión cosas impropias de una persona decente, aún menos de un candidato a la Presidencia, tratando de “hijos de puta” a sus rivales y diciendo nimiedades con gesto adusto, como si se tratara de gra